Desde los orígenes de la humanidad las obras carecieron de prohibición de copia, reproducción o edición de estas, el Poema de Gilgamesh es un ejemplo de ello. Desarrollado desde hace 4 milenios por los sumerios, escrito y preservado hace 2650 años gracias al rey asirio Asurbanipal, ha llegado a nuestros días sin grandes querellas por parte de sus descendientes. En este blog, no existe nada que no se pueda difundir, publicitar o copiar en última instancia, siempre que se indique la procedencia. Los textos de opinión son originales de LibroVicio's, pero los derechos de autor, en este caso, son universales, no te cortes y difunde.
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LA ÚLTIMA LEGIÓN. Valerio Massimo Manfredi.

El marco histórico.
Estamos en el año 476 a.d. Como es bien sabido el Imperio Romano esta dividido en la parte oriental en torno a Constantinopla y la parte occidental, donde Rávena sustituye de facto a Roma como capital imperial. En Oriente se sienta en el trono el emperador Zenón y en Occidente el general Orestes ha depuesto al emperador Julio Nepote y ha puesto a su propio hijo, un adolescente de catorce años, en el trono bajo el nombre de Rómulo Augusto. El emperador bizantino no reconoce a al nuevo César y mantiene su apoyo a Julio Nepote, refugiado en Iliria. 

 Durante muchos años los emperadores en Occidente han sido meros títeres en manos de los generales bárbaros que controlan el ejercito imperial y ponen y quitan emperadores a su antojo. El caudillo hérulo Odoacro, a la sazón jefe de ejercito de campaña imperial asentado en Italia (un ejercito germánico mercenario de hecho), exige un tercio de la península itálica como cesión. Ante la negativa de Orestes, Odoacro lo asesina y obliga a Rómulo Augusto a abdicar. 
En contra de lo que había sucedido en años anteriores Odoacro no impone a un nuevo emperador y se limita a mandar las insignias imperiales a Constantinopla. En teoría y con el título de Patricio, Odoacro gobernó como delegado de Zenón. En realidad mantuvo total independencia y, aunque no ostentó nunca el título, actuó como rey de Italia.

Como había que poner la fecha en algún sitio, los historiadores eligieron el año 476 como el final del Imperio Romano (el de Occidente, el Oriental se mantendría hasta la caída de Constantinopla en 1453). Lo mismo podía haber sido en el 480 con el asesinato de Julio Nepote u otra fecha significativa.


La novela.
Sobre el fondo histórico descrito anteriormente se desarrolla esta novela del autor italiano Valerio Massimo Manfredi. Manfredi ha sido arqueólogo y profesor de universidad especializado en topografía del mundo antiguo. Así que se le supone un conocimiento profundo del tema. Desde 1980 ha escrito numerosas novelas de corte histórico situadas en su mayoría en el mundo antiguo.

En esta novela, Aurelio, el protagonista, es un soldado romano de pura cepa, integrante de una legión que el general Orestes ha formado de acuerdo con los métodos antiguos. Aurelio se separa de la legión antes de que esta sea aniquilada por los bárbaros de Odoacro. Más tarde encuentra a Orestes en su finca, agonizando tras ser asesinado por el lugarteniente de Odoacro, Wulfila. Antes de morir le pide a Aurelio que rescate a su hijo Rómulo, último emperador del Imperio de Occidente y que ha sido llevado al exilio a Capri, en compañía de su tutor Ambrosino, un bretón con amplios conocimientos tanto clásicos como druídicos. Aurelio se embarcará en una misión de rescate junto a la joven Livia y a algunos de sus compañeros legionarios. 

Este es básicamente el inicio argumental de La última Legión. Una novela de aventuras sin demasiadas complicaciones y donde la acción prima sobre todo. Pese a sus conocimientos Manfredi no agobia al lector con cascadas de datos sobre el periodo histórico y que, en la mayoría de las ocasiones, no interesan al lector casual. En este sentido para el que busque ficción histórica "hard", por llamarlo de alguna manera, quizás encuentre esta novela algo ligera. Los personajes son  bastante planos, Aurelio y sus compañeros son leales, nobles, idealistas... en fin, el paradigma de los "chicos buenos". Sus diálogos  incluso en ocasiones llegan a ser naíf. El malo, Wulfila, es un villano de libro, malvado y feo. La última legión, por esta sencillez y por su ritmo rápido puede funcionar perfectamente como novela juvenil.

A destacar la vuelta de tuerca final con la que Manfredi concluye la historia. Una forma hábil de enlazar estos años oscuros y turbulentos con la mítica artúrica. En este sentido el personaje de Aurelio estaría basado en el de el Ambrosio Aureliano, un dux (duque) bretón-romano que derrotó a los sajones. Otras ficciones, como la película El rey Arturo (2004), también abundan es esta teoría.

 En resumen, La última legión es una novela ligera y entretenida pero que no olvida cierto rigor y  seriedad a la hora de dibujar el trasfondo histórico. Recomendable para todas las edades.

La película.
En el año 2007 Doug Lefler adaptó la novela de Manfredi en una película del mismo título protagonizada por Colin Firth y Ben Kingsley en sus principales papeles. Lefler aligeró por completo una novela que ya de por si no era densa para convertirla en un mero producto de entretenimiento. Ni siquiera esto lo consiguió del todo. De todas las producciones que se gestaron en el revival del péplum que se produjo a partir de Gladiator (2000)  esta es una de las más flojas. Guión, actuaciones y dirección mediocres en el mejor de los casos. Tuvo una fría recepción tanto de público como de crítica.





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